sábado, 16 de junio de 2012

Resumen de un epitafio.


La muerte es la envidia de vernos caminar,

aún así no deja espacio al tiempo, no espera ni estima regresar.

Un epitafio que diga: “Aquí también dejé de respirar”
Haciéndole honor a los recuerdos.
A la falta de aire que dejaron tus ojos tiernos,
O al vacío de tu ser donde hundí todo mi cuerpo.

Un epitafio que diga: “Aquí también dejé de respirar”.
Haciéndole eco a los abrazos gélidos,
A los besos intocables de algún sueño,
o a los sueños de algún deseo presente.
A estar vivo, que es otro día.
Hoy ya no toco fondo, 
asumo el termino del silencio entre tus hombros.

Un epitafio que diga: “Aquí también dejé de respirar”.
Donde también el perfume de su pelo, dejo espacio a mis manos.
Dónde el castigo de la ausencia trajo días amargos.
Donde las arrugas de los años marcó temprano el ocaso
y el estar despierto tarde es despertar temprano.

Un epitafio que diga: “Aquí también dejé de respirar”.
En la tinta derramada sobre la almohada.
En el hilo del orgullo  de tu espalda
o en el cielo sumiso de tu pasión inadecuada.

Un epitafio que diga: “Aquí también dejé de respirar”.
Por que olvidé el entorno,
donde en un suspiro perdí el mundo. 

jueves, 14 de junio de 2012

Acabamos en despedida.


“El mundo gira en torno a mí”
pero si el mismo diera una vuelta y volviera, ya no existieras.
Que soy tu musa, así dices cuando sólo te inspiro risas.
Que soy tu karma, cuando en el fin del ocaso soledad te llama.
Te  regalo la desasosiega mirada de la luna,
 en las noches se posa en mi ventana y luce desnuda.
No quiere irse, se aferra a tu espalda como una presa ausencia.
El cariño no se compra ni regala con detalles de presencia.
El infierno de tus ojos me enseñó a no caer bajo,
el silencio de tus ruidos a caer despacio.
Pero, el grito desenfrenado de tu estadía a levantarme, así cueste caro.
Traición es decidir dar la espalda en momentos de melancolía,
pero si hablamos del tema, eres tú quien paga la cuenta todavía.
Deja descalzo el camino de regreso, quiere desaparecer el comienzo,
romper el lazo donde nacieron los engaños,
dar disparos en el miedo escondido a tal cual desespero.
Creo que es mejor callarme ahora y olvidarnos,
Por que saberse límite es barrera
y la mía, no la cruza cualquiera.

Me revolotea el corazón en la garganta.


De pronto sientes que el mundo inmundo de personajes ficticios y de esperanzas ganadas, se convierte en otro vacío abismo,
donde el miedo gana audaz la batalla de no tener miedo y el corazón desalinea las lágrimas guardadadas.
Esperando una y otra vez algo, algo lleno de dudas y temores, de felicidad y encanto.
¿Acaso si ha valido la pena? vuelvo al tiempo donde dejé mis desánimos y encuentro el hilo donde camine pies descalzos.
Arraigada a las infinitas noches de desvelo y esfuerzo, atada a los resultados de mi esmero.
Espero él momento donde me aferre a los frutos del comienzo, a las pestañas de una pluma sin tinta o de un café espeso.
¿Y es aquí dónde todo empieza? ó ¿es aquí dónde todo termina?.
Empieza abrirse la puerta de ojos iluminados de fe y constancia, y a cerrarse el horizonte donde los dejé expuestos.
Termina la rutina implacable de vestir a una mañana monótona cubierta de problemas ajenos.
Empieza el enfrentamiento inédito con lo desconocido y termina el júbilo inalcanzable de asistir persistente.
Pero me perdí, regreso, en este caso, lo pasado esta oxidado.
Hola, hola corazón, sigues doliéndome aquí en el miedo.
hola, hola corazón, anuncia la fe que te he expuesto.
Hola, hola corazón, ¿Es tan complicado entenderte?.
Este inmenso cosquilleo que recorre el paso de la sangre por mis venas, gracias a ti que desconfías tanto de las caídas olvidadas,
te debo el cielo ida y vuelta para que regreses con más sonrisas que penas.
Reanima la concordancia de la locura de irme.